Todavia puedo recordar, después de mas de veinte anos, una historia que escuche a la orilla de un estanque de lirios, en un templo dedicado al dios hindú Krishna. La historia la escuche de la boca de un devoto del templo.
En tiempos de la era vedica , en una tierra poblada por dioses y entidades espirituales, el dios Krishna viajó al planeta del dios Hindra. Vivia este dios en un pequeño planeta poblado unicamente por él, el único pavo real del universo, y un árbol que producía unas flores tan bellas y fragantes que cuando florecía , todo el planeta se inundaba con su perfume. Como el dios Krishna, apesar de ser un dios guerrero, tenia un carácter dulce y amable, al llegar al planeta, le ruega a Hindra que le obsequie una de las cientos de flores que tenia el árbol. Como Hindra era muy arrogante, se negó a complacer la petición . Ante tal rechazo, Krishna arranca de raíz el árbol, y vuela con el de regresó al planeta tierra, trayendo también en su vuelo al pavo real. La lección del relato es esta; cuando nos negamos a compartir la belleza que tenemos, estamos condenados a vivir en soledad y tristeza.
Este árbol, que el relato llama la flor pariyata, existe. Su nombre científico es Nyctanthes arbortristis, es de la familia de los jazmines. Su flores son muy fragantes , blancas y con el centro rojo anaranjado. Normalmente florecen durante la noche, y al llegar la mañana caen. Se pueden encontrar en la India, Pakistan, Nepal y Tailandia.
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